La noche de estrellas llena está.
Mi cuerpo se da cuenta de cada gota de agua cuando llueve. Cada uno de los átomos y cada una de las células y cada uno de los tejidos y cada uno de los órganos y cada uno de los sistemas que conforman mi cuerpo se humedecen y se inundan. Y yo la persigo, no hago más que viajar, a donde sea que caiga la lluvia. Mis pelitos de conejo, mi piel se serpiente. Húmedo el espíritu, recuerdo que este es el recuerdo que parece eterno. No había existido como lo hago ahora. Las ideas que se nos olvidan nunca se extinguen, solo quedan vagando por allí, en algún lugar del cuerpo.