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Mostrando entradas de mayo, 2010

La tarde del silencio valeroso

Imagen
Quiero tatuarme el cráneo. Algo bien bonito. Una flor, unos colores bien bonitos. Busco en el exterior algo que deseo en el interior. La lluvia al caer afila mis cabellos largos y mi cuerpo redondo. Y las hojas se hacen más suaves, Y las raíces liberan sus olores. Si ya no existiera nadie más, podría caminar eternamente. Si fuera capaz, renunciaría a la humanidad. Me fundiría en un árbol en un bosque cercano o en tierra con gusanos, o en la neblina fría en un hongo cristalino o en la espuma del mar … porque la lluvia no tiene significado. Lo produce. Sentimiento de estar y no estar. Algún lugar al que me pueda integrar. Y dejar de recordar. Rostro sin expresión. Canción que nadie ha oído. Manos con caminos. Gatos que duermen tranquilos. Olor de la lluvia en la tierra que se estremece. Palabras no sirven para mucho.

Sin

Rómpeme el cráneo. Saldrá volando mi cerebro… alcanzare el más sublime pensamiento Al lugar que no existe iré, allí me encontraras. La más transparente visión de la sensibilidad tendré Desgarra mi pecho y mi corazón podrá sentirte, por fin podrá sentir tu presencia. Tú agradable presencia. Mi sangre tendrá que salpicar el espacio y hasta en tus ojos entrará, por fin podre ver lo que entiendes. Entonces desolla mi piel  y vístete con ella. Así podre cubrirte. Protegerte. Hazlo. Porque de otro modo seré yo quien te sacará los ojos… densa visión de ti. Y usare tu piel cual codiciado abrigo de pieles. De tu piel la más tibia que he podido sentir. Y beberé tu sangre, pues solo así podre sentir que estas en mi. Que estas con migo. Muéstrame la manera. Muéstrame el camino  ¡Muéstrame tu rostro! Pues ya no siento el miedo y me hice retirar el pasado del erebro Trágate mi moral y haz que sienta tu lengua lamer mi alma.