La tarde del silencio valeroso
Quiero tatuarme el cráneo. Algo bien bonito.
Una flor, unos colores bien bonitos.
Busco en el exterior algo que deseo en el interior.
La lluvia al caer afila mis cabellos largos y mi cuerpo redondo.
Y las hojas se hacen más suaves,
Y las raíces liberan sus olores.
Si ya no existiera nadie más, podría caminar eternamente.
Si fuera capaz, renunciaría a la humanidad.
Me fundiría en un árbol en un bosque cercano
o en tierra con gusanos,
o en la neblina fría
en un hongo cristalino
o en la espuma del mar
… porque la lluvia no tiene significado. Lo produce.
Sentimiento de estar y no estar.
Algún lugar al que me pueda integrar.
Y dejar de recordar.
Rostro sin expresión.
Canción que nadie ha oído.
Manos con caminos.
Gatos que duermen tranquilos.
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